Esta exposición recorre la evolución creativa de Nanda Botella durante los últimos diez años, reuniendo unas 40 obras entre pinturas, esculturas e instalaciones. 

Se destacan los colores caldera, rojos intensos y azules profundos como elementos expresivos esenciales, y la artista trabaja con materiales diversos: color, pigmento, textil, cerámica, madera, metacrilato. 

Una pieza central es una instalación estructural esférica de hierro, tipo colmena, que contiene cientos de fragmentos de papel y cuerda. Esa instalación dialoga con el espacio para evocar transparencia, profundidad y emoción. 

La obra invita más a sentir que a interpretar: el color funciona como detonante energético, haciendo que el espectador se detenga en lo concreto aun dentro de la abstracción.

La exposición está comisariada por Fernando Castro Flórez, y estuvo disponible del 22 de noviembre de 2024 al  9 de febrero de 2025.